CIUDADANOS

AYUDAS A LOS BANCOS

1. La recapitalización es un desembolso de dinero público en forma de capital, generalmente en forma de acciones. El objetivo es incrementar el capital del sector financiero para afrontar el alto volumen de impagos como consecuencia de la crisis inmobiliaria y el incremento de la morosidad (es decir, socializar las pérdidas que el sistema bancario tenía con motivo de la crisis y las operaciones de riesgo que había contraído).

 

2. Las intervenciones de rescate de activos deteriorados son compromisos de desembolso de dinero público que van a cubrir la pérdida de valor de activos bancarios. Por ejemplo, si en el libro contable viene recogido un activo inmobiliario por valor de 120.000 euros y se vende por 100.000 euros, el Estado aportaría 20.000 euros para que la pérdida la sufra él y no la entidad beneficiaria.

 

 3. Las garantías son avales del sector público a la deuda emitida por las entidades financieras. Al igual que cuando una persona necesita demostrar que tiene suficientes recursos o propiedades para que un banco le dé un préstamo (con el objetivo de que el banco pueda quedarse con esos recursos o propiedades en caso de que finalmente no reciba el dinero prestado), cuando las entidades financieras solicitan un préstamo también necesitan demostrar que tienen algo que entregar en caso de no devolver el préstamo. En esta ocasión los recursos que se comprometen los aporta el Estado y no la propia entidad financiera. No supone un gasto (y por lo tanto un aumento de déficit público) a no ser que la entidad financiera sea incapaz de devolver el dinero que tomó prestado.

 

4. Otras medidas de apoyo a la liquidez (distintas de las garantías) son ayudas de diverso tipo (créditos blandos, valores específicos, etc.) orientadas a facilitar dinero público de una forma rápida y fácil a entidades financieras que por determinadas circunstancias tienen dificultades para conseguirlo. Estas ayudas han supuesto desde 2008 a 2012 unos 55.239 millones de euros.

FRAUDE FISCAL

Lucharemos contra el importante fraude fiscal y sus diversas formas de elusión. Las grandes bolsas de fraude provienen, fundamentalmente, de la opacidad de gran parte de las rentas empresariales y profesionales y de las grandes fortunas, de las pequeñas y medianas empresas, de los precios de transferencia y de la ingeniería de la fiscalidad internacional, de las operaciones societarias y de las denominadas “tramas del IVA. Luchar decididamente contra estas lacras demanda ante todo voluntad política Rediseñaremos la política de represión del fraude fiscal impulsando el trasvase de inspectores a la represión de las verdaderas bolsas del fraude y la especialización judicial en materia de delincuencia fiscal. Mejoraremos la eficiencia de la Administración Tributaria dotándola de mejores recursos técnicos y ampliando su plantilla.